domingo, 16 de septiembre de 2012

Ryanair: la compañía low law

La famosa compañía irlandesa de bajo coste se ha visto involucrada recientemente en varios escándalos que ponen en duda las medidas de seguridad tomadas en sus operaciones aéreas



Ryanair, desde sus inicios en el mercado, se ha caracterizado siempre por ofrecer sus vuelos a precios irrisoriamente baratos. Esto ha provocado un enorme crecimiento de la demanda, puesto que tal oferta permite a todo ciudadano de clase media viajar a cualquier lugar del mundo por una cantidad considerablemente accesible. Sin embargo, el hecho de que la compañía pueda ofrecer unos servicios tan económicos esconde otros muchos aspectos.

Sanciones 

La aerolínea sigue unas estrategias de ahorro basadas en las sanciones que aplica a sus clientes por exceso de equipaje. Así, por cada kilo de más facturado (el máximo de peso permitido por maleta es de 15 o 20 kilos, a elegir por el cliente a la hora de realizar la reserva), Ryanair explicita que deberá abonarse na cantidad extra de 20 euros.

Desde el 1 de octubre de 2009, Ryanair utiliza la medida de Facturación 100% online. El descuido del cliente respecto a este servicio también le reporta consecuencias económicas. Si el pasajero olvida realizar la facturación online desde su casa y acude al aeropuerto sin la tarjeta de embarque, debe pagar 60 euros por su emisión.

Ahorro excesivo

Una de las denuncias más frecuentes en los últimos meses ha sido el ahorro en combustible. Es necesario que el avión cuente con una reserva suficiente de queroseno para cualquier imprevisto que pueda surgir. En ocasiones, si hay mucho tráfico aéreo los aviones se ven obligados a dar vueltas hasta que reciben el permiso de aterrizaje. Si el combustible es escaso esta situación puede suponer un grave riesgo para la seguridad de los pasajeros.

Proceso contra la compañía aérea

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha denunciado repetidas veces que las medidas utilizadas por Ryanair son de dudosa legalidad. En los últimos meses han tenido lugar numerosos incidentes que podrían violar la Ley de Seguridad Aérea, que explicita que “una de las finalidades más importantes es la concerniente a la prevención de riesgos y mejora de las condiciones de seguridad operacional”.

Teniendo en cuenta los últimos aterrizajes de emergencia que han tenido que realizar los aviones de Ryanair a causa de la falta de combustible, la compañía se enfrenta a una dura acusación que no escapa del escarnio público.

El Sepla (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas) ha reconocido que Ryanair roza los límites legales, pero se mantiene en la idea de que no se trata de una compañía insegura. De lo contrario, le habría sido retirado el certificado de operador aéreo. La IAA (Autoridad de Aviación Irlandesa), emitió un informe que justifica los sucesos ocurridos y fue entregado al Ministerio español de Fomento.

La OCU hace un llamamiento en contra del chantaje llevado a cabo por la compañía irlandesa, emprendiendo así el Ejecutivo la ardua tarea de revocarle su licencia de vuelo. No obstante, el Gobierno español lleva las de perder en un proceso como éste. Bruselas declaró que España no puede retirar la licencia de vuelo, puesto que tal acción sólo podría llevarla a cabo Irlanda, país de domicilio de la empresa.

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