lunes, 31 de diciembre de 2012

Jane Austen




La novela más emblemática de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio, cumplirá este 2013, ya tan próximo, dos siglos desde su publicación en el año 1813. Con motivo de homenaje y celebración, dedicaremos un pequeño despliegue de análisis de las facetas más importantes de la autora, tales como las distintas etapas de su vida, sus obras, el contexto histórico y el entorno social en el que se movía, las adaptaciones modernas a sus obras y su estilo narrativo y literario.



Introducimos las distintas etapas de la vida de Jane, que pueden dividirse en tres partes, atendiendo a los lugares en los que vivió: Steventon, Bath y Chawton.

Steventon se relaciona con su época de juventud, a ésta se le atribuyen sus primeros pasos como escritora, los primeros trazos de sus grandes novelas, como Orgullo y Prejuicio, La Abadía Northanger y Sentido y Sensibilidad. Tres novelas de humor fresco, sutil ironía y humor punzante, características propias de un carácter joven pero crítico, capaz de analizar las escenas de la vida cotidiana con alegre sátira.

Bath fue una época de cambios y poco productiva. A Jane no le agradaba demasiado la ciudad, famosa por sus aguas termales. Fue en esta época cuando empezaría a escribir Los Watsons, pero la dejaría apartada.

Chawton es el nombre de la ciudad que acogió a una Jane madura, mucho más asentada en el ámbito literario, lo cual se aprecia en el estilo de sus obras. A esta etapa pertenecen Emma, Mansfield Park y Persuasión.


Para poder acercarse mejor a la obra de Austen y comprender a la sociedad de la época junto con sus costumbres, es necesario situar a la escritora y a su obra en la época de la Regencia inglesa, época anterior a la victoriana, con la que suele ser confundida a menudo Jane.

Es una época marcada por la revolución agraria y la revolución industrial, así como por las guerras Napoleónicas. No obstante, Austen no hace referencia a estos hechos, aunque sí pueden intuirse a través de los personajes, ya sea por la abundancia de militares del ejército, o por los cambios que se intuyen en la sociedad de la campiña inglesa.


Como es sabido, y tal y como se refleja en la obra de Austen, la mujer en los siglos XVIII y XIX seguía teniendo un papel secundario tanto a nivel laboral, como político e incluso social.

A modo de lienzo, Jane presenta en sus historias a heroínas que se revelan contra el sistema social establecido, heroínas que no son educadas de un modo convencional, que dejan de lado sus "talentos", cuyo propósito es el de atraer la admiración de los futuros pretendientes, y que se enfrentan a esa lucha de clases entre la clase media y la clase alta.


Aunque la voz general afirma que Jane Austen es una escritora romántica, es en realidad una autora neoclásica. Probablemente este error se deba a que sus primeras obras fueron ya publicadas en la primera mitad del siglo XIX, período en el que se enmarca el Romanticismo literario alemán e inglés.

No obstante, las características de las novelas austenianas distan mucho de las románticas. En ellas no encontramos personajes atormentados y melancólicos cuyo simbolismo se refleje en el propio paisaje que los envuelve, no hay exaltaciones a la nación ni tampoco referencias a la muerte.


Jane Austen se caracteriza por un estilo fresco, alegre, sarcástico, pero no desagradable. Tal y como se dice en Becoming Jane, la ironía es la unión de verdades contradictorias para crear una nueva verdad sonriendo o riendo. Y ése es el espíritu que Jane intenta mantener en sus novelas: sátiras y críticas a una sociedad a la que ella misma pertenece, siempre manteniendo el humor y dando un papel importante, aunque algo oculto, al efecto moralizador tras sus palabras.


Orgullo y Prejuicio es una de las novelas más conocidas de Jane Austen. Gran joya de la literatura clásica inglesa, la historia entre Darcy y Lizzy, sus dos protagonistas, la riqueza que ambos personajes ofrecen junto a los personajes secundarios y el magnífico análisis de la sociedad campestre de la época, son los ingredientes que hacen de esta historia una de las más importantes de la autora.


La Abadía Northanger y Sentido y Sensibilidad 

Tanto La Abadía Northanger como Sentido y Sensiblidad, junto a Orgullo y Prejuicio, forman parte del conjunto conocido como las obras de Steventon, puesto que fue en su pueblo natal donde Jane escribió estas tres grandes novelas.

Obras de madurez

Dejando atrás Bath y trasladándose a Chawton, ciudad en la que finalmente Jane Austen pasaría los últimos años de su vida, escribe las que serías sus obras de madurez: Emma, Mansfield Park y Persuasión.

En ellas se adivina un cambio en el estilo de la escritora, más madura y experta, tanto en el ámbito literario como sentimental.

Adaptaciones audiovisuales de Orgullo y Prejuicio

Las obras de Jane Austen han sido trasladadas en numerosas ocasiones a la pequeña y a la gran pantalla. Orgullo y Prejuicio es una de las novelas más versionadas hasta el momento.

Obras inspiradas en las novelas de Austen

Curiosamente, a lo largo de los años han surgido series y películas inspiradas en las historias de las novelas austenianas. Así, encontramos películas como Bridget Jones, en la que encontramos a un Darcy como portagonista masculino, Clueless, una Emma trasladada a un isntituto de Beverly Hills de los años 90.

Biografías y documentales sobre Jane Austen

La vida de Jane Austen también ha sido analizada y adaptada para cine y televisión, aunque por el momento ninguno de los trabajos realizados ha resultado satisfactorio.

Biografías y documentales

The Real Jane Austen


The Real Jane Austen es un documental de la BBC estrenado el 30 de diciembre de 2002. Este documental, de 60 minutos de duración, se centra en la obra de Austen a la vez que muestra fragmentos de su vida.

Este programa, mezcla de documental y representación de la vida de Jane Austen, caracterizada por Gillian Kearney, muestra que la vida de Jane se alejaba bastante de la vida feliz que otorgaba a las heroínas de sus novelas.


La joven Jane Austen (Becoming Jane)

Tras el éxito cultivado por Joe Wright con su versión cinematográfica de Orgullo y Prejuicio en el año 2005, Jane Austen volvió a ponerse de moda a mediados de la primera década del siglo XXI. Algunos consideran que es el momento de enfocarse en la propia vida de la autora, y no sólo en sus novelas, como se había estado haciendo hasta el momento, quitando algunas pocas excepciones. No obstante, como la vida de Jane es considerada demasiado tranquila, resulta más tentador llenarla de acontecimientos más atractivos para el espectador actual, que es lo que ocurre con esta película.


La joven Jane Austen no es ni tan siquiera un intento de biografía. Camuflada como tal, la película parece utilizar el filón de la repentina moda austeniana para crear una película romanticona carente de delicadeza, con algún toque vulgar y una endeble historia de amor que difícilmente se sostiene. Es, en otras palabras, una película que busca captar las emociones del espectador de una forma fácil acudiendo a los tópicos del sentimentalismo y el drama superficial.

Por desgracia, lo que prometía ser un homenaje se convierte en una invención del guionista, y la real vida de Jane no aparece por ningún lado ni en las relaciones con su familia -se descuida por completo su íntima relación con su hermana Cassandra-, ni en la situación social en la que se encontraba -Jane se muestra como una pobretona alejada del mundo de las tazas de té y las reuniones habituales de la época en la clase media alta, a la que su familia, pese a sus escasos ingresos, pertenecía-.


Jane Austen Recuerda (Miss Austen Regrets)

Basada en la vida de Jane Austen y sus cartas, esta película se centra en los últimos años de la escritora. Acercándose a los cuarenta años, la escritora, protegida por el ingenio, aparenta ser tan deslumbrante como las heroínas de sus novelas, pero los sucesos conspiran para exponer sus teorías y principios en el amor y el matrimonio como equivocados.

Jane Austen Recuerda nos presenta a una Jane que deambula entre el drama existencial de saberse una mujer soltera en una época en la que la solución más fácil para su vida hubiese sido el acuerdo de un buen matrimonio. Vemos una lucha interna y externa por hacer entender a la gente de su entorno que siempre hubo algo en ella misma que la impulsaba a esa vida que había elegido, ya fuera por acto de rebeldía ante los cánones estipulados por la sociedad, como por el hecho de no querer "venderse" al mejor postor, como si la mujer pudiese ser comerciada como el ganado.


Obras de madurez

Tal y como ya hemos comentado en el breve repaso a su biografía, Jane nació y se crió en Steventon, se mudó a Bath, donde vivió una temporada, y finalmente se trasladó a Chawton. Los lugares en los que vivió y la evolución personal que fue experimentando a lo largo de su vida en sus distintas etapas, marcaron especialmente su obra. No es de extrañar, pues, que las distintas ciudades en las que pasó largas temporadas tuvieran una gran importancia en el estilo y la esencia de sus historias.

Su estancia en Chawton establece la etapa de madurez de Jane Austen. Por aquella época, Jane tenía 34 años, había alcanzado la madurez y también había empezado a producir material nuevo. Entre el otoño de 1812 y finales de 1813 escribió Mansfield Park, que fue publicada en la primavera de 1814. Más tarde le seguiría Emma, escrita entre enero de 1814 y marzo de 1815 y publicada en diciembre de ese mismo año, en el que también comenzó a escribir la que sería su última novela completa, Persuasión, publicada póstumamente en 1818. Estas tres novelas pertenecientes a su obra de madurez son conocidas como "las novelas de Chawton".

Su salud comenzó a debilitarse cuando estaba planeando los toques finales de Persuasión. A ello se sumó la bancarrota de su hermano Henry, quien había sido en gran medida el encargado de negociar la publicación de sus novelas y quien había revelado su identidad. Estos dos factores influyeron para que esta obra no fuese publicada en 1816, tras ser terminada.

En estas obras de madurez se perfila ya el carácter de una Jane menos risueña, más asentada y más experta que se refleja en el desarrollo de sus historias y en el carácter de sus heroínas.

Así, encontramos por ejemplo a la joven Emma Woodhouse, en Emma, una protagonista alejada del cánon usual en las protagonistas austenianas. Así, Emma es atractiva, inteligente y, lo más importante, rica, por lo tanto no tiene que enfrentarse a problemas económicos.

A través de la sutileza y elegancia de esta comedia, Austen recrea con todo detalle el desarrollo y madurez de una heroína de la que ella misma había dicho que sólo sería de su gusto. No obstante, Emma va más allá de ese cariz divertido y aparentemente despreocupado, se trata de una novela madura, en la que los lectores asisten invitados a vislumbrar el artificial mundo de las apariencias y las dependencias sociales en una apacible villa campestre.

Por otra parte, tenemos a Fanny Price, la protagonista de Mansfield Park, una de las novelas más olvidadas por el público general, quizás porque carece de la vivacidad o del toque cómico de otras obras como pueden ser Orgullo y Prejuicio o Emma.

Cabe destacar el maravilloso estilo de Jane y su capacidad para desarrollar una historia de doble dimensión que presenta un aspecto mucho más complejo y oscuro de lo que aparenta a simple vista.

Por último, encontramos a la que, con mucha probabilidad, se trate de la heroína más madura de Jane. Anne Elliot, la heroína de Persuasión, es una mujer de 26 años con un amor de juventud frustrado que retorna del pasado, y con él afloran sentimientos enterrados que deberá aprender a manejar.

Esta novela se centra mucho más directamente en el personaje principal, siendo la historia vista a través de sus emociones personales. Un magnífico relato sobre la madurez, los problemas de una mujer para afrontar su destino y la renuncia personal. 

domingo, 30 de diciembre de 2012

Películas inspiradas en las novelas de Austen

Clueless

Estrenada en 1994, Clueless es una adaptación de Emma trasladada a los años 90. Actualiza la historia, escrita dos siglos antes, y la ubica en un instituto de Beverly Hills. Añade y quita personajes, manteniendo extraordinariamente la esencia del original.

Al igual que la obra de Jane Austen, trata un mundo pequeño, dividido socialmente y de roles muy fijos y establecidos reflejado en el rígido mundo de clases del prototipo de instituto americano.

Alicia Silverstone encarna a Cher, una adolescente popular que realiza sus funciones de casamentera al igual que Emma Woodhouse en la novela de Austen. Alicia es quizás la actriz que ha logrado caracterizar a la heroína de Austen de la forma más fiel a la historia original. Su personaje es tan encantador y simpático, que sus triquiñuelas para regir su universo particular son totalmente perdonables. Así, Clueless puede resultar una de las mejores traslaciones de Emma.


Tienes un e-mail (You've got mail)

Tienes un e-mail es un remake de El bazar de las sorpresas, pero con espíritu de Orgullo y Prejuicio. Cuenta con bastantes guiños a la novela, comenzando por el carácter de sus dos protagonistas, un Tom Hanks orgulloso y aparentemente arrogante que nos recuerda a Mr Darcy y una Meg Ryan inteligente, mordaz, y con algunos prejuicios, al igual que Elizabeth Bennet.


Es una comedia entretenida, que no da más de lo que ofrece y no engaña. Una película agradable y divertida para pasar un buen rato y acercarse un poco y de forma muy superficial a los dos protagonistas de la famosa historia de Austen. Uno de sus guiños a la novela es, sin duda, la confesión de la protagonista del libro de Orgullo y Prejuicio como seña identificativa al citarse con su "amigo virtual" y sus variadas declaraciones sobre la magnífica historia entre Lizzy y Darcy, así como la recomendación del libro a su amigo de correspondencia on-line.



El Diario de Bridget Jones (Bridget Jones's diary)

El Diario de Bridget Jones es sin duda alguna una de las comedias más exitosas de su tiempo. Su antiheroína, una treintañera soltera, torpe, contraria al prototipo de peso ideal, contadora de calorías y fumadora compulsiva se ve envuelta en un divertido lío sentimental mediante el cual tendrá que decidirse por dos chicos: el malo y atractivo o el bueno y aparentemente frío.

La película, al igual que su homólogo literario, es una actualización del esquema austeniano de Orgullo y Prejuicio. La historia de Darcy y Lizzy está esbozada de forma muy general, aunque hay guiños a ella: por ejemplo, el sello editorial donde trabaja Bridget se llama Pemberley, nombre de la majestuosa residencia de Mr Darcy y Colin Firth repite el papel de Darcy, personaje que interpretó en la miniserie de la BBC de 1995.


Bodas y prejuicios (Bride and Prejudice)

Orgullo y Prejuicio también tiene una versión Bollywood. Es una divertida comedia romántica cuyo fin no es hacer una modernización de la historia entre Darcy y Lizzy, sino que la trastoca y la perfila hacia el cine de género cómico-romántico que inunda los cines de occidente.

La primera parte de la película mantiene los diálogos muy fieles a la novela original, aunque esta orientación se va perdiendo progresivamente. No obstante, pese a esto la historia intenta ser bastante fiel. La lucha entre clases ente Lizzy y Darcy de la novela aquí se transforma en una lucha racial de Oriente frente a Occidente.

Adaptaciones de las novelas de Austen: Orgullo y Prejuicio

Las novelas de Jane Austen han sido adaptadas tanto a la gran como a la pequeña pantalla. Películas y series de televisión han plasmado visualmente las novelas de Jane Austen en repetidas ocasiones.

Sin duda alguna, la novela más versionada ha sido Orgullo y Prejuicio. Desde la primera adaptación, en 1938, hasta la más reciente, en el año 2005, existe todo un abanico de distintas versiones, algunas muy apreciadas y alabadas, y otras que han pasado sin pena y sin gloria ante la crítica de los grandes admiradores de la escritora.

Versiones antiguas

Comenzando por las versiones antiguas, existen diez, todas ellas para televisión, desde el año 1938 hasta el 1967. En su mayoría, son adaptaciones de la BBC y la NBC, con alguna excepción, como la versión italiana de 1957, la versión holandesa de 1961 o la versión española para TVE de 1966. 

En cuanto a ésta última, se encuentra en los archivos de TVE y no existe ninguna distribuidora en España para esta adaptación. Sin embargo, existe el Servicio del Espectador de TVE, un formulario de quejas, sugerencias y reclamaciones en la que varias veces se han solicitado peticiones para que esta miniserie vuelva a ser emitida, por el momento sin éxito alguno.

Esta adaptación contaba con diez capítulos. Fue dirigida por Alberto González Vergel, y el guión fue escrito por José Méndez Herrera. El argumento se mantuvo fiel a la novela, aunque los decorados eran de un estilo más español que británico.

1940, primera versión cinematográfica

Pasando a la gran pantalla, en el año 1940 se estrenó la versión hollywoodiense de Orgullo y Prejuicio, que llegó a España en 1945 bajo el nombre Más fuerte que el orgullo.

Protagonizada por Greer Garson y Laurence Olivier, es una producción de la Metro Goldwyn Mayer. Esta película, siguiendo la tradición y las pautas de las adaptaciones literarias de la época, pretendió reescribir la novela al gusto de la sociedad norteamericana marcado por Hollywood.

No obstante, pese a contar con la figura de Laurence Olivier y con Aldous Huxley en la elaboración del guión, esta adaptación no es nada fiel al libro y, para los amantes de la novela, resulta del todo pésima y nada satisfactoria. El vestuario y los decorados, propios de Lo que el viento se llevó, no se corresponden para nada con la majestuosa elegancia y sencillez de la Regencia, sino que pertenecen más bien a un estilo barroco y sobrecargado, muy lejos de la esencia austeniana.

1995, la gran versión de la BBC

Ésta es la versión más alabada de todas las que se han hecho hasta el momento. Considerada la mejor adaptación, tanto por su fidelidad al libro, como por la elección de los actores y la caracterización de los personajes, esta adaptación para la pequeña pantalla ofrece una calidad difícil de igualar.


Esta miniserie de la BBC está compuesta por 6 capítulos de unos 40 minutos de duración cada uno. La ventaja de que esté partida en distintos capítulos permite narrar con mayor exactitud la historia, evitando la supresión de escenas importantes, como ocurre en las versiones cinematográficas.

El decorado, el vestuario, la recreación de escenas y el cuidado en todos los detalles son característicos de esta serie. La imagen de los personajes se corresponde, por lo general, a la de los personajes literarios, con lo que encontramos unas caracterizaciones estupendas que logran captar la esencia de las distintas personalidades.

El éxito de la serie responde también al buen trabajo de los actores. Tanto Jennifer Ehle, encarnando a una fantástica Elizabeth Bennet, como Colin Firth, conocido a partir de esta adaptación como "The real Darcy", interpretan sus papeles con gran exactitud.

2005, la versión cinematográfica más reciente

Esta película, dirigida por Joe Wright, supuso una nueva llamada de atención sobre Jane Austen por parte de la industria cinematográfica y televisiva, que se hallaba atascada desde la aplaudida versión de 1995.


Desde la primera y última versión para el cine, Más fuerte que el orgullo, del año 1940, se puede apreciar una clara evolución si se compara el decorado, el vestuario y otros elementos contextualizadores del entorno.

No obstante, la fidelidad al texto sigue siendo pobre, algunos elementos de gran importancia para entender mejor el argumento se tratan de un modo completamente distinto, con una perspectiva muy diferente de la que Jane Austen presenta en la novela.

Tanto los personajes de Elizabeth Bennet, interpretada por Keira Knightley, como de Mr Darcy, Mathew McFadyen, son algo pobres, sobre todo si se comparan con la versión de 1995.

La adaptación de la historia es puramente superficial y se limita a una imagen simplista de los hechos que se describen en la narración original.

jueves, 27 de diciembre de 2012

La abadía Northanger y Sentido y Sensibilidad


La abadía Northanger y Sentido y Sensibilidad, junto a Orgullo y Prejuicio, conforman el grupo de las tres grandes novelas que Jane Austen escribió cuando vivía en su pueblo natal, Steventon. 

La abadía Northanger (Northanger Abbey en inglés) fue la primera obra de Jane preparada para su publicación, a pesar de haber comenzado anteriormente a trabajar en Sentido y Sensibilidad y Orgullo y Prejuicio.

En un principio, La abadía Northanger recibió el título de Susan, y se escribió alrededor de los años 1798 y 1799. Austen revisó el manuscrito en 1803 para la imprenta, y ese mismo año lo vendió por diez libras a un vendedor de libros de Bath, quien después de dejarlo varios años entre sus estanterías se lo revendió a Henry Austen, uno de los hermanos de la escritora. La novela fue finalmente publicada tras la muerte de Jane a finales de diciembre de 1817. En esas fechas se publicaron los dos primeros volúmenes de un conjunto que estaría compuesto por cuatro.

El libro, fiel al tono de las obras de Jane Austen, es una clara sátira al estilo de las novelas góticas de la época. Austen da la vuelta a las convenciones de las novelas del siglo XVIII: su protagonista es una chica normal, sin ninguna distinción, proviene de una familia de clase media y se enamora del caballero antes de que él piense seriamente en ella. Podría ser comparado con el Jane Eyre de Charlotte Brontë. No obstante, mientras que en Jane Eyre encontramos misterio, pasión y tragedia -características muy arraigadas al Romanticismo- La abadía Northanger nos ofrece realidad, crítica e ironía.

Sentido y Sensibilidad (Sense and Sensibility en inglés) recibe varios nombres, dependiendo de la traducción. Así, según la editorial, esta novela también puede ser llamada Sensatez y SentimientosJuicio y Sentimiento o Juicio y Sensibilidad.

Publicada bajo el seudónimo de "A Lady" en 1811, fue la primera de las novelas de Jane Austen en ser publicadas.

En un principio, fue llamada Elinor and Marianne (los nombres de las dos hermanas protagonistas). Este primer borrador, que Jane escribió a la edad de 19 años, fue su primera novela larga.

Considerada en su mayor parte como una novela de costumbres, Sentido y Sensibilidad puede ser descrita también como un ensayo sobre la psicología humana. Su principal característica es el análisis de las reacciones y reflexiones del alma humana. La trama gira entorno al contraste entre el buen sentido de Elinor y las fuertes emociones de Marianne.

Pese a sus diferencias de temperamento, las dos hermanas están muy unidas. Mientra que la una es reflexiva, pausada y correcta, la otra es impulsiva y emocional. La novela puede entenderse como una parodia del romanticismo y la sensibilidad que estaban de moda durante la última década del siglo XVIII.

En esta novela, Jane Austen se detiene a reflexionar sobre algunas cuestiones: ¿Puede valer a largo plazo lo que parece útil a corto plazo? ¿Puede la ambición garantizar una comodidad y una riqueza mayores? ¿Obtienen mejores resultados aquellos que se dejan llevar por los sentimientos?

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La mujer en la época de Austen

Durante la época de Jane Austen no existía un sistema educativo propiamente dicho. La educación de los niños solía correr a cargo de escuelas dominicales o, en las familias acomodadas y más educadas, se contrataban a profesores particulares, como institutrices o tutores que impartían las clases normalmente dentro del hogar doméstico. Eran los encargados de inculcar a los niños los conocimientos primordiales de la escuela materna y primaria.

Por otro lado, existían también algunas escuelas para damas, que no gozaban de muy buena educación, puesto que la educación real que allí se recibía era muy deficiente. En cuanto a los varones, era muy frecuente mandar a los niños a vivir a la casa de un tutor, como lo era George Austen, el padre de Jane.

Una de las obras fundamentales y de gran relevancia de la educación del siglo XVIII, es Emilio o De la educación, del filósofo Jean-Jacques Rousseau. En este tratado, Rousseau propone un sistema educativo que permita al hombre natural convivir con una sociedad que él califica de corrupta. Aboga por una transformación del hombre a través de la educación. Sin embargo, el filósofo excluye a las mujeres de ese concepto de "ciudadano ideal" que él propone. 

La mujer sólo debía recibir una educación que la preparase para ser una buena esposa y madre, es decir, para cumplir con los cometidos inherentes a ella. La función principal que debía ejercer una mujer era obedecer a su marido. De este modo, durante el siglo XVIII se hicieron muy populares los llamados tratados de conducta para mujeres jóvenes, que enseñaban doctrinas morales y enfocaban la educación hacia los aspectos domésticos, la religión y los talentos, apartándolas de otros conocimientos de más elevada condición -reservados a los caballeros- que harían de la mujer un sujeto poco deseable a los ojos de los hombres.

Hay muchos pasajes en las novelas de Jane Austen dedicados a los "talentos" que las damas de la época solían reunir. Estos talentos consistían en distintas habilidades que las damas poseían y que las hacían más atrayentes a la hora de recibir una propuesta de matrimonio. Sin embargo, las heroínas de sus obras se caracterizan por no estar demasiado interesadas en ellos, y apenas reúnen unos cuantos.

En uno de los fragmentos de Orgullo y Prejuicio encontramos una buena descripción de lo que se entendía por una "mujer cultivada" en aquella época:

No puede decirse que una mujer sea realmente cultivada si no supera con creces lo habitual. Debe tener un profundo conocimiento de la música, del canto, del dibujo, del baile y de los idiomas modernos; y, además de todo eso, poseer algo indefinible en su figura y ademanes, en el tono de voz y en la forma de expresarse: de lo contrario, sólo merecerá a medias ese calificativo.

Jane Austen se mostraba reacia a la incapacidad de movilidad social típica de la época. En sus novelas, busca romper con las barreras sociales mediante el matrimonio de los protagonistas y la fusión de clases.


martes, 25 de diciembre de 2012

Características de la literatura de Austen

El estilo de la autora cuenta con unas características muy definidas. El estilo de jane Austen en preciso, claro, conciso. No obstante, éstos son aspectos comunes en la prosa del siglo XIX, propiciados por el gran uso de los sinónimos y la delimitación semántica. 

El estilo de Jane puede dividirse en dos registros: el formal y el coloquial. El registro formal es usado en la narración, y contrasta con el coloquial, presente en los diálogos y en el que Austen se permite ciertas licencias estilísticas en pro de la caracterización de sus personajes. En ambos registros la autora presta una extrema atención a la corrección gramatical y léxica.

Sus obras están narradas en tercera persona. Esto contribuye a la presencia de un texto muy fluido, y permite a la autora moverse entre los distintos puntos de vista que tienen lugar en la narración, permitiendo el cambio de un estilo de escritura a otro. La decisión de adoptar una voz narrativa independiente de cada uno de sus personajes permite a la escritora desarrollar caminos en los que moverse sutilmente entre distintas figuras, dentro y fuera de las mentes, profundizando en detalles tanto de las apariencias como del entorno, según lo apropiado en cada circunstancia, ocultando o mostrando cierta información cuando es necesario.


Tres son las características principales que podríamos destacar de su obra:

1. El fiel retrato de la sociedad en la que vivía, mediante constantes referencias a aspectos costumbristas, el  reflejo del comportamiento de las clases sociales y sus principales preocupaciones, los lugares y los objetos.

2. El moralismo, aspecto que traslada a su obra y que impregna su obra.

3. Su uso del léxico, la estructura oracional o las referencias culturales y literarias. Dentro de esta característica, destaca el constante uso de la ironía y el sarcasmo, y la prioridad que presta al detalle y a la caracterización de los personajes y situaciones. La candidez en las obras de Jane Austen son tan sólo apariencia. Cualquiera que se pare a prestar atención a su lenguaje y a las formas que utiliza para expresarse entenderá que tras la aparente inocencia e ingenuidad se esconde una mente perspicaz y aguda.

Uno de los aspectos fundamentales en la ficción de Austen, es que su obra no altera la credibilidad del lector ni sorprende su imaginación pese a contar con una amplia variedad de incidentes en la trama. La obra austeniana se centra en aspectos de la vida cotidiana, aspectos que la autora analiza con sutil precisión, afines a la vida real.

El buen gusto por el decoro es otro gran aspecto. El decoro y la utilidad son dos partes importantes de su obra, influidas, en cierto modo, por la religión cristiana. El aspecto didáctico toma importancia durante el transcurso de la obra y se presenta de forma muy sutil, nada forzada, sino más bien de forma natural e imperceptible durante el proceso de lectura a través de los hechos que acontecen en la vida de los personajes. La novela de Austen constituye una unidad racional de historias y sucesos entrelazados que crean un argumento lógico y común.

Orgullo y Prejuicio

Dejando a parte las obras de juventud de Jane Austen, también conocidas bajo el nombre de Juvenilia, cabe destacar un primer gran ciclo que comprende sus tres grandes primeras novelas: La abadía de Northanger, Sentido y Sensibilidad y Orgullo y Prejuicio. A estas tres obras se las ha denominado "las novelas de Steventon", por ser escritas cuando todavía residía en su pueblo natal.


Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice, en inglés) es sin duda alguna la novela más emblemática y más popular de Jane Austen. Se publicó por primera vez el 28 de enero de 1813 de forma anónima, sin que figurara el nombre de la autora, en una edición de tres volúmenes según la costumbre editorial de la época. Su frase inicial es una de las frases más conocidas de la literatura inglesa: It is a truth universally acknowledged, that a single man in possession of a good fortune must be in want of a wife.

Jane Austen apenas contaba con veinte años cuando escribió Orgullo y Prejuicio. En esa época compartía habitación con su hermana Cassandra, su gran confidente y mayor apoyo. Escribía a mano en simples cuadernos, manuscritos que repasaba, corregía y pulía hasta obtener un resultado satisfactorio. Jane comenzó a redactar esta novela en octubre de 1976 y la terminó diez meses después, en agosto de 1797. Inicialmente, fue titulada como First Impressions (Primeras impresiones), pero años más tarde decidiría cambiarlo.

La novela obtuvo mucho éxito entre la familia de Jane, que se divertía escuchando su lectura. Tanto agradó, que George Austen la consideró digna de publicación, por lo que se la ofreció al editor Thomas Caddell, que la rechazó. El rechazo supuso un golpe para la joven Jane, si bien decidió revisarla años más tarde, entre 1809 y 1810, ofreciéndosela en 1812 a otro editor, el mismo que un año antes había publicado Sentido y Sensibilidad.

La novela narra los acontecimientos que tienen lugar en poco más de un año en la campiña inglesa durante el cambio de siglo -del XVIII al XIX-. Se centra en la familia Bennet, compuesta por el Sr. y la Sra. Bennet y sus cinco hijas, Jane, Lizzy, Mary, Kitty y Lydia.

La historia arranca con la llegada de un nuevo caballero al vecindario, de gran clase y fortuna, que despierta el interés de la Sra. Bennet, cuyo único deseo es ver bien casadas a todas sus hijas. Dicho caballero se convierte rápidamente en el punto de mira junto a su amigo y leal compañero, el Sr. Darcy, quien le supera en fortuna pero no en amabilidad. Tras una serie de eventos privados en sociedad, Darcy será tachado de arrogante y orgulloso, lo que hará que la gran heroína femenina, Lizzy Bennet -personaje muy rico y complejo-, se forje una opinión negativa sobre él.

Todos y cada uno de los personajes vivirán una serie de sucesos y cambios en sus vidas que los someterán a la reflexión y al planteamiento de ciertas cuestiones. La diferencia de clases, el distinto proceder de cada una de las partes, la presión del matrimonio y la familia, el descaro, la arrogancia, la discreción, los prejuicios y el orgullo se conjugan en esta obra maestra leída y celebrada a lo largo de casi dos siglos.


lunes, 24 de diciembre de 2012

Autora antirromántica

A pesar de que Jane Austen suele ser clasificada dentro del movimiento literario romántico, es necesario hacer mención a este error tan común, proveniente de la ignorancia acerca de las principales características de su obra.

El Romanticismo es un movimiento que tiene su origen en la primera mitad del siglo XIX y nace en Alemania y en Reino Unido. Dado que las novelas de Jane Austen comenzaron a publicarse en ese período, lo más usual es ver comparadas sus obras junto a otras que sí pertenecen a la corriente literaria.

El Romanticismo se caracteriza, ante todo, por la ruptura con el pensamiento crítico y racional del Clasicismo y la Ilustración. Aquí ya nos topamos con una clara contradicción, puesto que el estilo de Austen se caracteriza, ante todo, por sus fieles retratos de la realidad, plasmados en un lienzo descriptivo de pinceladas críticas acompañadas de una sutil ironía y humor punzante. 

Otra gran característica del Romanticismo es el aire triste, melancólico, oscuro, que domina gran parte del lenguaje y el estilo. Es muy frecuente encontrar referencias al mar, a los páramos desérticos y desolados -un claro ejemplo es Cumbres Borrascosas-, a los cementerios y a las casas antiguas y abandonadas, de estancias lúgubres, rebosantes de misterio.

La conciencia del yo, el nacionalismo exacerbado, la soledad, la primacía de la originalidad y la experimentación de nuevas formas de belleza frente a los cánones clásicos, son otras de sus grandes características.

Durante el período romántico, la novela gótica y la novela histórica alcanzaron su punto más álgido. Un claro referente de la novela gótica inglesa es El doctor Frankenstein, de Mary Shelley, y el autor más destacado de la novela histórica, Walter Scott.

Las características de la obra de Jane Austen se oponen de lleno a las características del movimiento romántico. La literatura austeniana se caracteriza por la nitidez, la luminosidad, la claridad en el carácter y comportamiento de la sociedad rural inglesa. Sus personajes, a pesar de estar dotados de una trabajada complejidad en su carácter, no son seres terriblemente atormentados. Tienen su pasado, sus ideales, sus preocupaciones, pero no son almas corrompidas por un destino fatal, y ni la acción del tiempo ni su entorno natural se ciernen sobre ellos como un enemigo aprisionador.

Jane Austen es una autora neoclásica. En sus obras plantea un minucioso análisis de los valores y las costumbres desde un punto de vista apegado al sentido del humor. Sus personajes se enfrentan a ciertas desventuras hasta dar con su destino final, siempre tras una evolución y un aprendizaje. El Neoclasicismo puja por el carácter didáctico y moralizador en sus obras. Se siguen unas normas rígidas de acción, tiempo y lugar. Se impone el gusto por lo clásico y se rechaza la exaltación desmesurada de los sentimientos frente a la razón.

Las novelas de Jane Austen reúnen todas las grandes características del Neoclasicismo, pero de entre todas ellas una emerge de forma significativa: el realismo frente a lo fantástico. Leyendo cualquiera de sus obras, podemos tener una idea muy aproximada del estilo de vida de la época, las maneras, las costumbres, los principales pasatiempos de cada una de las clases sociales y sus temas de conversación.

En definitiva, Jane Austen es una escritora irrevocablemente antirromántica.


La regencia inglesa

Jane Austen vivió en la época de la regencia, puente entre el periodo georgiano y el victoriano. El paso de un periodo a otro tuvo lugar a raíz de dos factores externos de gran trascendencia: por un lado, la revolución agraria, que constituyó el comienzo de la revolución industrial -la sustitución del trabajo manual por la industria y la manufactura- y, por otro, el colonialismo, las Guerras Napoleónicas y la extensión del Imperio Británico.

No obstante, si bien sus obras reflejan con precisión el ambiente y las costumbres de la campiña inglesa de finales del XVIII y principios del XIX, no se caracterizan por describir los cambios que la sociedad rural georgiana estaba sufriendo con la llegada de la modernidad.



Uno de los grandes errores siempre ha sido considerar a Jane Austen como escritora victoriana. No era victoriana. El período victoriano comenzó en 1837,  con el ascenso al trono de la reina Victoria, quien nació en el año 1819. La vida de Jane transcurrió en un subperíodo georgiano, la regencia, denominada así porque el Príncipe de Gales, posteriormente conocido como Jorge IV, ejercía la regencia del reino debido a la demencia de su padre el rey Jorge III. Ésta fue la época en la que sus novelas fueron publicadas por primera vez. De hecho, el Príncipe de Gales se encontraba entre uno de sus principales lectores más entusiastas y, aunque Jane no guardaba una buena opinión sobre los príncipes en buena parte a causa de sus conocidas infidelidades, le dedicó una de sus novelas, Emma, a petición de éste.

Con la llegada de la industrialización, el antiguo orden jerárquico, que situaba a la nobleza en la cúspide de la pirámide, sufrió un proceso de cambio con la llegada de una nueva clase acomodada, la burguesía, clase media que adquiría sus riquezas de una nueva forma, mediante el trabajo artesanal y  las mercaderías. Esta clase social, hasta entonces minoritaria, comenzó a hacerse notar y ganar en importancia. La revolución agraria había provocado un incremento en la población inglesa que, al hacer crecer la demanda, impulsó notoriamente la economía.

La población inglesa inició un éxodo del campo a la ciudad en busca de empleo en aquella incipiente industrialización. Se precisaba un nuevo conjunto de valores, puesto que la vieja tradición mantenida hasta entonces había quedado obsoleta y ya no podía cubrirlos. Por otro lado, la serie de conflictos militares que originaron las Guerras Napoleónicas incidieron en el ambiente general de la sociedad inglesa, y abrieron un tipo de profesión mayoritaria en el ejército, que siguió en alza con la expansión del colonialismo.

La época georgiana se caracterizó por varios aspectos fundamentales. Uno de ellos fueron los cambios sociales, como la abolición de la esclavitud o la reforma de las prisiones. Fue la época en la que los grandes intelectuales plantearon la cuestión del estado de bienestar. Por otro lado, el resurgimiento de la novela planteó una importante discusión que afectaba a los autores de la época, la gran pregunta que cuestionaba si la novela era o no un género literario y de calidad.

No hay que olvidar, tampoco, que la imprenta había hecho posible la adquisición de libros a las clases no adineradas. El número de publicaciones experimentó un crecimiento, lo cual favoreció la aparición de un gran número de escritores profesionales.

En cuanto a la postura de Jane respecto a la importancia de la novela, ella defendía tal género como un género de calidad, y en sus obras introducía esta opinión personal junto a severas críticas hacia las novelas de segunda categoría.

Jane Austen: vida y obras

Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en Steventon (Hampshire, Inglaterra). Era la séptima de los ocho hijos del reverendo George Austen, rector de la parroquia anglicana de la localidad, y de su esposa Cassandra. De estos ocho hijos, las únicas mujeres eran Jane y su hermana mayor, Cassandra, su confidente, actualmente se conservan las cartas que se escribían cuando estaban separadas. Tres de los hermanos de Jane ingresaron en el ejército, lo que hizo que Jane tuviera un vasto conocimiento sobre la vida del regimiento, tal y como se refleja en muchas de sus obras, como Orgullo y Prejuicio.

Educada principalmente por su padre, empezó a escribir de muy joven para recreo de la familia. Durante esa época escribió su juvenilia, que incluye diversas parodias de la literatura de la época. Los Austen también eran muy dados a realizar obras de teatro en la rectoría de Steventon.

En el núcleo de una familia que promovía el aprendizaje, la lectura y las letras, la joven Jane desenvolvió un talento especial que acrecentó su deseo de crear textos, siempre volcando en ellos los valores que ella creía indispensables, junto con su característica visión aguda de la realidad de su entorno. No resulta fácil determinar el momento en que Jane comenzó a escribir. Existen cuadernos con relatos que revelan un temprano despertar de su talento. Estos primeros textos son una muestra de sus escritos juveniles, fantasiosos y humorísticos. Podemos encontrar un claro ejemplo en Amor y Amistad y, de una forma más elaborada, en Lady Susan y Los Watson.

No existen pruebas firmes de que Jane fuera cortejada por ningún hombre, ni se sabe nada sobre posibles propuestas de matrimonio. Respecto al tema, sólo se conocen unas pocas referencias a un leve amor juvenil con un irlandés llamado Thomas Lefroy, a la edad de veinte años. Sin embargo, mediante cartas a su hermana se sabe que ese breve cortejo terminó por cuestiones de dificultades económicas.

En el año 1800, George Austen decidió trasladarse a Bath, ciudad conocida por sus aguas termales, muy recomendable en la época para cambiar de aires por motivos de salud. Esta ciudad, que en principio Jane no apreciaba mucho, se convirtió en el escenario de una obra en la que ya se aprecia bastante su madurez: Persuasión.

A los veintitrés años envió a los editores el manuscrito de La abadía de Northanger, que fue rechazado. Trece años después, en 1811, conseguiría publicar Sentido y Sensibilidad -también conocida como Juicio y Sentimiento- de la que se hicieron dos ediciones, y a la que siguieron Orgullo y Prejuicio -su obra más reconocida-, Mansfield Park y Emma, que obtuvieron un gran éxito.

A comienzos de 1817, comenzó a escribir Sanditon, pero tuvo que abandonarla por motivos de salud. Falleció a los 41 años el 18 de julio de 1817. Por aquel entonces no se sabía cuál podía ser la causa de su muerte, aunque en la actualidad se considera que fue la enfermedad de AddisonLa abadía Northanger y Persuasión fueron publicadas póstumamente, y a ellas se añadió el fragmento no terminado de Sanditon.

Irónica, satírica, antirromántica, brillante y mordaz, la obra de Jane Austen conforma el magnífico reflejo de una sociedad analizada y retratada con mucho detalle desde una perspectiva que abraza el humor, la gracia y la desenvoltura de narrar las cosas bajo una mirada llena de inteligencia y astucia.

Desahucios: los impagos de la crisis


La crisis económica está provocando una situación verdaderamente crítica. Actualmente, casi medio millón de familias se están viendo privadas de su techo por la imposibilidad de hacer frente a su hipoteca.

En respuesta a esta alarma social, se han creado plataformas para los derechos de los ciudadanos como Stop Desahucios o la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca).

El Consejo de Ministros ha aprobado una primera fase de medidas de protección de deudores hipotecarios para paliar la situación de estas familias. No obstante, estas medidas sólo afectan a un porcentaje muy reducido de los afectados. 

En primer lugar, se ha establecido una moratoria mediante la cual los desalojos que cumplan con ciertas condiciones pueden ser paralizados durante dos años en su fase final. Estos requisitos son los siguientes:

Serán benefactoras de esta medida las familias que no superen en tres veces el nivel de renta del IPREM (es decir, los 1597 euros mensuales), núcleos familiares o personas que hayan sufrido una alteración significativa de las circunstancias económicas que afecten al pago de la propia hipoteca. Además, para que su caso sea considerado como prioritario, las familias deberán cumplir la condición de numerosas, tener niños menores de tres años a su cargo, deberán ser monoparentales con al menos dos hijos menores a su cargo o con miembros de la familia con una discapacidad superior al 33%. También se aplicará a deudores en paro que hayan agotado las prestaciones por desempleo.

Se ha anunciado también que se va a proceder a la creación de un fondo social de viviendas destinado al alquiler para facilitar los realojos de personas desahuciadas o en situación de embargo o subasta.

Desde las plataformas en contra de los desahucios, nos recuerdan que esta medida no aborda el problema de la deuda, sólo prevé una paralización del desahucio durante dos años como máximo en unos pocos casos. Durante ese tiempo, los intereses seguirán aumentando y cuando termine la moratoria la deuda será aún mayor.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca lucha por la defensa de sus asociados frente a cualquier procedimiento de subasta o embargo. Stop Desahucios, por otra parte, es una plataforma que pretende frenar los desahucios que se están llevando a cabo en España. Esta plataforma pretende convocar piquetes ciudadanos para tratar de impedir estos desahucios o, al menos, para mostrar al resto de la sociedad los testimonios de los afectados.

Actualmente, en España hay unas 350.000 familias que ya han sido desahuciadas. Otras 400.000 familias se verán obligadas a abandonar su vivienda en los próximos cinco años, fruto de las ejecuciones hipotecarias que se están efectuando por consecuencia de la crisis.

La población se muestra descontenta ante las medidas del Gobierno y las juzga insuficientes. La situación puede empeorar drásticamente si no se establecen unas medidas efectivas que abarquen al conjunto de los españoles. Existe un malestar social latente, todo lo contrario que se persigue en un estado social democrático de derecho: el bienestar social de los ciudadanos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

La independencia de Cataluña

Las tensiones existentes a causa de la lucha por la independencia de Cataluña no hacen más que incrementarse. Ante la crisis económica y el papel de España en ésta, la Generalitat se muestra cada vez más insistente por desvincularse del país.

El Gobierno se niega en rotundo a negociar la independencia. Se resguarda, ante todo, en la mala elección del momento. España se encuentra ahogada por la crisis y la pérdida de una de las comunidades autónomas no ayudaría a reforzar el sistema económico. La presencia de Cataluña en España es muy importante, puesto que supone el 18% del PIB. Las intenciones del presidente de la Generalidad de organizar un referéndum en el que sólo participe la comunidad catalana, no se sostiene de ningún modo. Hasta nueva orden, Cataluña forma parte de España, y el hecho de que sólo una parte de España manifieste su opinión, mediante voto secreto, sobre un tema que atañe a toda la población no es aplicable.

Según Kenneth Rogoff, profesor de Economía de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del FMI, Cataluña, aislada de España, podría ser uno de los países más ricos del mundo. Ésta es la idea que sostienen los defensores de la independencia y que utilizan recurrentemente como argumento en su defensa ideológica. Sin embargo, otros expertos han asegurado que Cataluña, fuera de España, sufriría un grave deterioro económico y vería desplomada su renta per capita. Los datos que aportan para justificar esta sentencia, son muy simples: si Cataluña consiguiese la independencia, dejaría de pertenecer a la Unión Europea y quedaría fuera del euro. Sus flujos comerciales se verían afectados por más del 80% a causa de las fronteras con España y con el resto de socios europeos, y los sobrecostes arancelarios reducirían la competititvidad de los productos y servicios catalanes. Y no sólo eso, probablemente se produciría el mismo rechazo que ya tuvo lugar en su momento con el cava catalán y, muchas empresas, por el miedo a verse afectadas por las connotaciones independentistas, se trasladarían a España.

Todo esto, claro está, son sólo meras suposiciones. La realidad actual es que la economía catalana es la primera de las comunidades autónomas de España con un producto interior bruto de 200.111 millones de euros, según datos del 2010, y está situada en la cuarta posición respecto al PIB per capita. La previsión de crecimiento económico en este año 2012 era de un 1'6% respecto al 1'1% del año 2011, por lo que está considerada como una de las comunidades más prósperas del país.


- Situación económica
- Párrafos resumen


http://lodicelaagendasetting.blogspot.com.es/2012/11/el-referendum-de-cataluna.html
http://lodicelaagendasetting.blogspot.com.es/2012/11/el-modelo-ideal-propuesto-por-cataluna.html
http://lodicelaagendasetting.blogspot.com.es/2012/11/la-opinion-publica-manifestaciones.html

La opinión pública: manifestaciones por la independencia

El día 11 de septiembre, la Diada de Cataluña, cientos de miles de personas salieron a manifestarse a favor de la independencia. 3 kilómetros de personas- el número de manifestantes oscila entre 600.000 y un millón y medio- ocupaban el Passeig de Gràcia y la Via Laietana. Aunque hubo distintas reclamaciones, el objetivo principal, tal y como rezaba la pancarta, era muy claro: "Catalunya, nuevo estado de Europa".

La manifestación destacó por su carácter pacífico. Miles de esteladas (bandera independentista catalana) y señeras (bandera autonómica de Cataluña) ondeaban y cubrían la marcha a modo de reclamo silencioso y colorido. No faltaron las alusiones al Presidente de la Generalidad, Artur Mas, que aprovechó el mensaje de la Diada para excusarse por no asistir a la manifestación, alegando que él debe cumplir con un papel más institucional tratando de preservar la unidad del pueblo catalán.



Sin embargo, no toda Cataluña está a favor de la independencia. Existe otro sector que se opone a la idea de la secesión de España. Este grupo, autodenominado "Catalans que no volen la independència" está formado por todos aquellos catalanes que, lejos de negar su lengua y sus raíces catalanas, defienden también con el mismo orgullo su nacionalidad española.

Este grupo de catalanes en contra de la independencia aprovechó el Día de la Hispanidad, el 12 de octubre, para congregarse y manifestarse en contra de la separación de Cataluña de España. "Somos catalanes pero, ante todo, somos españoles" fue la frase más repetida durante el evento. A gritos de "España entera y sólo una bandera", "Yo soy español, español, español", "Cataluña es España" o "Viva España, viva Cataluña", los manifestantes reivindicaban su posición contraria al movimiento independentista. Las cifras de los asistentes oscilan entre las 6.000, 65.000 y 500.000 personas -ésta última, no oficial, por parte de la organización juvenil del PPC, Noves Generacions de Catalunya-.



El referéndum de Cataluña

Una sencilla fórmula: sí o no. Así pide Cataluña que se materialicen los deseos independentistas de una lucha que ya lleva gestándose desde hace muchos años. La petición de un referéndum consultivo está dando mucho de que hablar respecto a su legalidad en confrontación con la Constitución Española.


La secesión de Cataluña no está recogida en la Constitución. Sin embargo, la independencia puede llevarse a cabo si concurren tres factores: una mayoría cualificada, una negociación con la capital de España y el apoyo de la Unión Europea y la comunidad internacional.

En España hay tres tipos de referendos: consultivos, de reforma de Estatutos para aquellas regiones que lo requieran y de reforma constitucional. El tipo de referendo que pretende llevar a cabo Artur Mas, es el de carácter consultivo, y el único que tiene la potestad para convocarlo es el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados. En caso de que Mas lograra la autorización de Mariano Rajoy, debería pedir una reforma constitucional, no directamente la independencia.

La Constitución Española, en el artículo 2, define a España como una soberanía indisoluble y no contempla la independencia. Ninguna parte del territorio español puede proclamar ni consultar su escisión del Estado. Para que la independencia de Cataluña pudiera convertirse en una realidad, primero habría que reformar la Constitución, lo cual es muy difícil teniendo en cuenta el carácter rígido de ésta. En este caso, además, la idea debería ser propuesta mediante procedimiento agravado ya que afecta al Título Preliminar, tal y como dicta el artículo 168.

La única solución factible, dadas las circunstancias actuales, sería el planteamiento de un referendo a todos los ciudadanos. Este hipotético caso de consulta para reformar la Constitución exigiría un pronunciamiento soberano del pueblo español, no sólo del pueblo catalán, puesto que es un asunto que concierne a todos. Este referendo, además, tendría carácter consultivo no vinculante, lo cual quiere decir que el Gobierno no tendría la obligación de acatar los resultados. Los referendos consultivos se recogen en el artículo 92 de la Constitución Española, que expresa que las decisiones políticas de especial trascendencia pueden ser sometidas a votación de todos los ciudadanos del país.
Todas las normas deben aplicarse o elaborarse de acuerdo con lo establecido en la Constitución, y cualquier proposición que vaya en contra de lo que en ella se establece podría ser declarada inconstitucional. El referéndum de autodeterminación, tan respaldado y demandado, es ilegal si se tiene en cuenta lo dictado por la Constitución. Las propuestas de Artur Mas no tienen cabida dentro del ordenamiento jurídico, por lo que todos los que se manifiestan en contra tienen la obligación, bajo juramento constitucional, de luchar legalmente contra ellas.

Para más inri, Mas podría incurrir en delito con la insistencia de su propuesta. Entre los años 2003 y 2005, el Código Penal incluía un delito específico para la convocatoria ilegal de referéndums. El ex Presidente del Gobierno Jose Luis Zapatero derogó este delito, por lo que actualmente el Presidente de la Generalidad ya no puede cometer este delito, aunque sí está cometiendo un delito de desobediencia, tipificado en el artículo 410 del Código Penal y castigado con penas de inhabilitación y multa, no de prisión.

El modelo ideal propuesto por Cataluña

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, habla de un modelo en el que Cataluña goce de los mismos poderes que tiene un Estado federal de los Estados Unidos. En el caso de Cataluña, esta situación se traduciría en la posesión de los mismos poderes que tiene cualquier país dentro de la Unión Europea.

Un Estado federal se diferencia de un Estado autonómico en que los territorios que forman parte del Estado federal se denominan "Estados" y tienen su propia Constitución, mientras que en un Estado autonómico los distintos entes territoriales reciben el nombre de "Comunidades autónomas" y tienen sus propios estatutos de autonomía.

Las ventajas que ofrece un Estado federal frente a un Estado autonómico no son muy claras. Teóricamente, permite una mayor claridad en la delimitación de competencias y da cabida a la posibilidad de que las reformas sean centralizadoras. Por centralizador se entiende que las competencias y los servicios de la Administración central no sean siempre traspasadas a corporaciones locales o regionales, sino que puedan ser puestas en común por un poder central. No obstante, la descentralización está pensada como método para agilizar las actividades burocráticas, ya que se reparten las distintas funciones entre varios organismos, de modo que la centralización no es muy recomendable en la práctica. Con Cataluña convertida en un Estado federal, Mas pretende la creación de una política tributaria propia, mediante la transferencia de los instrumentos necesarios, y salir de la Agencia Tributaria estatal.

Según Artur Mas, Cataluña dispondría de más instrumentos y recursos y de una mayor capacidad de decisión para defender la lengua y cultura catalanas. Este argumento se contradice de lleno con lo que dicta la Constitución Española en su Preámbulo, que en el tercer y cuarto puntos proclama su voluntad de "proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones" y la voluntad de "promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida". Es decir que, en la teoría, la Constitución ya vela por la garantía de los propósitos del Presidente de la Generalidad.

Para algunos, el Estado de Autonomías es de por sí una federación imperfecta y el actual Estado autonómico español es, en la práctica, federalista. Cada asunto es resuelto por la instancia más próxima al foco de origen del problema, es decir, que cada Comunidad autónoma soluciona los problemas que le competen por proximidad (principio de subsidiaridad).

domingo, 28 de octubre de 2012

50 años de The Beatles

Este año el primer álbum de Los Batles celebra su 50 aniversario. En conmemoración al gran éxito cultivado por la banda de Liverpool, hacemos un repaso de toda su trayectoria:

domingo, 21 de octubre de 2012

La blogosfera: el universo digital de bitácoras

Es una realidad que el mundo de la información se encuentra en una importante fase de cambio. Y es una realidad, también, que el modo de entender la información como tal ha cambiado.

Con la llegada y la evolución de las nuevas tecnologías, el establecimiento permanente de ordenadores en todos los hogares, y la facilidad de su uso en la actualidad, cualquiera está al alcance de navegar por Internet y sacar provecho de ello.

Una de las novedades más notables de esta situación, es el hecho de que Internet ha dotado de voz a todos los usuarios que hacen uso de él. Internet es el medio que ha facilitado la expresión de opiniones que, si bien antaño sólo podían ser manifestadas por unos pocos a través de los medios de comunicación, ahora pueden ser expuestas mediante esta sencilla herramienta, pública o anónimamente.

domingo, 14 de octubre de 2012

La crisis en el sector periodístico en España

En medio de esta Sociedad de la Información, caracterizada por el ansia de información y, lamentablemente,  la sobreinformación, el periodismo se está enfrentando a una crisis de doble vertiente: económica y de desprestigio laboral.

La profesión periodística atraviesa una crisis histórica, el sector se aproxima a la quiebra empresarial sorteando una serie de cierres y suspensión de pagos en los medios de comunicación. En España, probablemente se trate del segundo sector que más padece la crisis financiera y bursátil. El modelo de negocio de los medios de comunicación ya no es válido y los editores todavía no han dado con un modelo que rentabilice la producción. 

La gravedad de la crisis está reduciendo de forma drástica las aportaciones de los medios públicos. Los despidos, el empeoramiento de las condiciones laborales, las ofertas de trabajo esclavistas y los cierres de medios en los últimos años, están causando un grave deterioro de la calidad informativa. Una de las más graves consecuencias del desprestigio son las ofertas de trabajo humillantes procedentes, principalmente, de empresas ajenas al periodismo, que contratan a periodistas profesionales para que realicen su trabajo a cambio de un sueldo insuficiente. Tanto la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles) como la APM (Asociación de Prensa de Madrid), apoyan a los periodistas y piden una remuneración digna para este sector laboral que se encuentra en gran decadencia.


Más de 6000 periodistas han perdido su empleo en los dos últimos años debido, en buena parte, a la caída de la inversión publicitaria en los medios de comunicación, sobre todo en prensa escrita. Los ingresos de publicidad son un pilar básico en los medios de comunicación. Si hay una recesión, las empresas tienen menos dinero y, por tanto, reducen la participación en prensa, televisión y radio. Esta pérdida se traduce en una mayor dificultad de sostenibilidad por parte de los medios. El primer medio en cerrar fue el periódico gratuito Metro, a principios del año 2009. Desde entonces, alrededor de 30 periódicos, 20 revistas, 20 cadenas de televisión y emisoras de radio, 10 periódicos digitales y 4 agencias de comunicación han ido aumentando la lista. Hay que añadir, en su misma situación, el cierre del periódico gratuito ADN y del diario Público, los más recientes en unirse al grupo. Estas medidas suponen la pérdida de una voz crítica e indispensable para la pluralidad informativa y de pensamiento.

No es de extrañar, ante estos datos, que El País haya tenido que anunciar un Expediente de Regulación y Empleo (ERE) con el propósito de reducir la plantilla. Los despidos rondarán los 150 trabajadores de un total de 450, y los que permanezcan en sus puestos verán reducido su salario un 15%. Esta toma de decisión por parte de Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de PRISA y de El País, ha alarmado a la opinión pública, teniendo en cuenta la cantidad de críticas que salieron del propio periódico en contra de la reforma laboral lanzada por el Gobierno.

No obstante, el público se mantiene interesado en la información y sigue leyendo mediante el uso de varios formatos. Sin embargo, ante este panorama desolador, es necesario reinventar el esquema económico que traduzca las pérdidas en ganancias, sacándole partido a las versiones digitales y los formatos en tableta, que suponen el futuro, sin duda alguna, de los medios de comunicación.