miércoles, 26 de diciembre de 2012

La mujer en la época de Austen

Durante la época de Jane Austen no existía un sistema educativo propiamente dicho. La educación de los niños solía correr a cargo de escuelas dominicales o, en las familias acomodadas y más educadas, se contrataban a profesores particulares, como institutrices o tutores que impartían las clases normalmente dentro del hogar doméstico. Eran los encargados de inculcar a los niños los conocimientos primordiales de la escuela materna y primaria.

Por otro lado, existían también algunas escuelas para damas, que no gozaban de muy buena educación, puesto que la educación real que allí se recibía era muy deficiente. En cuanto a los varones, era muy frecuente mandar a los niños a vivir a la casa de un tutor, como lo era George Austen, el padre de Jane.

Una de las obras fundamentales y de gran relevancia de la educación del siglo XVIII, es Emilio o De la educación, del filósofo Jean-Jacques Rousseau. En este tratado, Rousseau propone un sistema educativo que permita al hombre natural convivir con una sociedad que él califica de corrupta. Aboga por una transformación del hombre a través de la educación. Sin embargo, el filósofo excluye a las mujeres de ese concepto de "ciudadano ideal" que él propone. 

La mujer sólo debía recibir una educación que la preparase para ser una buena esposa y madre, es decir, para cumplir con los cometidos inherentes a ella. La función principal que debía ejercer una mujer era obedecer a su marido. De este modo, durante el siglo XVIII se hicieron muy populares los llamados tratados de conducta para mujeres jóvenes, que enseñaban doctrinas morales y enfocaban la educación hacia los aspectos domésticos, la religión y los talentos, apartándolas de otros conocimientos de más elevada condición -reservados a los caballeros- que harían de la mujer un sujeto poco deseable a los ojos de los hombres.

Hay muchos pasajes en las novelas de Jane Austen dedicados a los "talentos" que las damas de la época solían reunir. Estos talentos consistían en distintas habilidades que las damas poseían y que las hacían más atrayentes a la hora de recibir una propuesta de matrimonio. Sin embargo, las heroínas de sus obras se caracterizan por no estar demasiado interesadas en ellos, y apenas reúnen unos cuantos.

En uno de los fragmentos de Orgullo y Prejuicio encontramos una buena descripción de lo que se entendía por una "mujer cultivada" en aquella época:

No puede decirse que una mujer sea realmente cultivada si no supera con creces lo habitual. Debe tener un profundo conocimiento de la música, del canto, del dibujo, del baile y de los idiomas modernos; y, además de todo eso, poseer algo indefinible en su figura y ademanes, en el tono de voz y en la forma de expresarse: de lo contrario, sólo merecerá a medias ese calificativo.

Jane Austen se mostraba reacia a la incapacidad de movilidad social típica de la época. En sus novelas, busca romper con las barreras sociales mediante el matrimonio de los protagonistas y la fusión de clases.


1 comentario:

  1. Gran entrada, muy bien presentada y documentada, da gusto leer algo así. Ya imaginaba que la versión con Laurence Olivier no sería nada cercana, pero ¿qué tal es como película?, me interesa sólo por él.

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