martes, 25 de diciembre de 2012

Características de la literatura de Austen

El estilo de la autora cuenta con unas características muy definidas. El estilo de jane Austen en preciso, claro, conciso. No obstante, éstos son aspectos comunes en la prosa del siglo XIX, propiciados por el gran uso de los sinónimos y la delimitación semántica. 

El estilo de Jane puede dividirse en dos registros: el formal y el coloquial. El registro formal es usado en la narración, y contrasta con el coloquial, presente en los diálogos y en el que Austen se permite ciertas licencias estilísticas en pro de la caracterización de sus personajes. En ambos registros la autora presta una extrema atención a la corrección gramatical y léxica.

Sus obras están narradas en tercera persona. Esto contribuye a la presencia de un texto muy fluido, y permite a la autora moverse entre los distintos puntos de vista que tienen lugar en la narración, permitiendo el cambio de un estilo de escritura a otro. La decisión de adoptar una voz narrativa independiente de cada uno de sus personajes permite a la escritora desarrollar caminos en los que moverse sutilmente entre distintas figuras, dentro y fuera de las mentes, profundizando en detalles tanto de las apariencias como del entorno, según lo apropiado en cada circunstancia, ocultando o mostrando cierta información cuando es necesario.


Tres son las características principales que podríamos destacar de su obra:

1. El fiel retrato de la sociedad en la que vivía, mediante constantes referencias a aspectos costumbristas, el  reflejo del comportamiento de las clases sociales y sus principales preocupaciones, los lugares y los objetos.

2. El moralismo, aspecto que traslada a su obra y que impregna su obra.

3. Su uso del léxico, la estructura oracional o las referencias culturales y literarias. Dentro de esta característica, destaca el constante uso de la ironía y el sarcasmo, y la prioridad que presta al detalle y a la caracterización de los personajes y situaciones. La candidez en las obras de Jane Austen son tan sólo apariencia. Cualquiera que se pare a prestar atención a su lenguaje y a las formas que utiliza para expresarse entenderá que tras la aparente inocencia e ingenuidad se esconde una mente perspicaz y aguda.

Uno de los aspectos fundamentales en la ficción de Austen, es que su obra no altera la credibilidad del lector ni sorprende su imaginación pese a contar con una amplia variedad de incidentes en la trama. La obra austeniana se centra en aspectos de la vida cotidiana, aspectos que la autora analiza con sutil precisión, afines a la vida real.

El buen gusto por el decoro es otro gran aspecto. El decoro y la utilidad son dos partes importantes de su obra, influidas, en cierto modo, por la religión cristiana. El aspecto didáctico toma importancia durante el transcurso de la obra y se presenta de forma muy sutil, nada forzada, sino más bien de forma natural e imperceptible durante el proceso de lectura a través de los hechos que acontecen en la vida de los personajes. La novela de Austen constituye una unidad racional de historias y sucesos entrelazados que crean un argumento lógico y común.

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